15 de mayo de 2010

Las tijeras de Occam, los bolígrafos Bic y la Red.

Resumiendo, y un poco forzando la idea, Occan (tijeras de Ockham o principio de economía) hizo una metáfora comparando al filósofo que buscaba la mejor solución a los temas humanos o divinos, con unas tijeras, una de las hojas representaría la capacidad intelectual del filósofo, y la otra las premisas, axiomas, datos … que se utilizan para elaborar la hipótesis más coherente posible; el avance en el conocimiento se produce cuando ambas hojas coinciden y la inteligencia del científico es la suficiente y necesaria y los datos que maneja son, así mismo, los suficientes y necesarios. Añade, y es lo que nos interesa, que aumentar la cantidad de noticias, referencias, antecedentes, circunstancias, documentos, notas, reseñas, etc. en la hoja de datos a usar pensando que esto necesariamente mejorará la calidad de la hipótesis final suele causar el efecto contrario, porque este aumento no acrecienta ni un ápice la capacidad intelectual del filósofo que sigue siendo exactamente la misma que antes; aumentar los datos que debe manejar es posible que sólo sirva para encubrir verdades falsas.

Cuando yo estaba en edad escolar, tuve un profesor que pedía los trabajos (pocos) en folio, por una cara, con bolígrafo Bic, negro, de punta fina; además, márgenes laterales y superiores, sangrías en cada párrafo, uso del rojo (no bastaba el subrayado) en encabezados y subtítulos, planilla pautada tras el folio para escribir recto, etc. Era una tarea en la que la presentación representaba el 95 % de su valor. En cuanto al contenido propiamente dicho no nos daba mucho dolor de cabeza, dos modelos de enciclopedia en la Biblioteca Municipal (una de tomos y otra tipo diccionario enciclopédico) dos compañeros que contaban en su casa con otras similares y uno o dos más con Enciclopedias Escolares que se estaban popularizando y cuya diferencia básica con las otras era tener los contenidos agrupados por temas y no por orden alfabético puro. Simplemente teníamos que organizarnos: que nos prestaran una o trabajar en la biblioteca (los libros de consulta no se prestaban), copiábamos tal cual estaba, eso sí, con exquisito cuidado en la ortografía (no se admitía ni una falta copiando) y la letra. No teníamos nada que resumir ni que comparar, ni siquiera era necesario entender lo que estábamos copiando (no digo que no lo hiciéramos), los contenidos ya estaban resumidos, ordenados, presentados de manera escolástica…copiarlos despacito y con buena letra. Nuestro trabajo iba a ser valorado por eso, se nos pondría nota a la capacidad para organizarnos y dedicarle el tiempo y el cuidado suficiente para entregarlo como se nos pedía en la fecha marcada. Si creen que exagero, les pongo dos ejemplos reales de errores de contenido: en uno de ellos sobre “El Plátano” (hablamos de un instituto del Valle de La Orotava), un compañero busca en la enciclopedia y copia el contenido, sin caer en la cuenta que está copiando las características botánicas, valor económico, etc. del plátano de sombra, un árbol de jardín, y no de la planta sobre la que iba el trabajo; los contenidos del que a él le interesaban, estaban justo debajo de donde el terminó de copiar; en el otro ejemplo, la vida y obra de Goya, un buen amigo mío, va copiando la biografía y al llegar al final de la página, pasa la misma, pero se equivoca y pasa dos, sigue copiando sin darse cuenta que está escribiendo de otro tema, y cuando llega al final de la entrada equivocada da por finalizado el trabajo (y no, no se dio cuenta luego, ni lo corrigió), le añadió la portada y el resto de datos y lo entregó. En ambos casos, cuando el profesor nos devuelve los trabajos y hace los comentarios pertinentes, sólo hubo una ligera amonestación referida a que había que poner más atención a la hora de leer, y les aprobó con buena nota. Y no era mal profesor, no, sencillamente que se nos evaluaba lo que se nos pedía, que supiéramos presentar de forma correcta y elegante unos contenidos que encontrábamos en un libro.

Hoy, nuestros alumnos (doy clase al primer ciclo de ESO), gracias a Internet, han multiplicado por ene elevado a ene sus posibilidades de acceso a la información, a cualquier información. Dos millones quinientas mil páginas con el término plátano, y nueve millones ochocientas mil para Goya en Google, además con ilustraciones, estadísticas, opiniones de los mejores expertos sobre cada tema, etc. ¿Y..? No sé el resto del mundo mundial, pero yo, mi entorno profesional, los profesores de los adolescentes que van al Centro Cultural de Los Arroyos, en el IES de mi sobrina en Las Palmas…Cometemos el craso error de creer que por tener más diversidad de fuentes de información, los jóvenes de hoy se han vuelto más inteligentes, con sentido crítico, con capacidad para selecionar, con criterio propio, con opiniones personales flexibles pero bien asentadas, asertivos, con más capacidad de razonamiento… que lo que fuimos nosotros a su misma edad. Y no, lo siento; los adolescentes actuales, cuando se ponen a hacer un trabajo, y hasta que no lo aprendan, lo único que pueden hacer en Internet es lo que saben: COPIAR.

¿Qué por qué culpabilizo al Profesorado que manda a sus alumnos a documentarse en Internet? No, yo no culpabilizo a nadie, pero (y la primera piedra para mí) ¿quién no ha oído a un profesor mandar un trabajo sobre la emigración en Canarias y que lo busquen en Internet? ¿O a quién su hijo no le ha dicho que tiene que usar el ordenador para buscar la vida de Miguel Hernández? ¿O quién no ha le ha dicho a su clase que para dentro de 15 días tienen que leer las noticias que se publican en Internet sobre el barrio donde viven, y que tomen notas para hacer una lluvia de ideas..? No estoy culpabilizando, estoy afirmando que la novedad nos ha llevado a equivocarnos y a poner tareas que no pueden ni saben hacer.

Y no me vale la frasecita …que si te apuras ellos saben hasta más que nosotros de la Web… porque no es cierto, y porque si lo fuera, sabrían más del Messenger y YouTube, pero no sobre la seriedad o el fundamento de un texto que analiza la presidencia de un tal Felipe González. Claro que tenemos que trabajar en y desde la red con ellos, pero con ellos; decirles que formen 4 grupos y preparen una charla sobre uno de los Presidentes Constitucionales o que busquen fotos de la Alfarería del Sáhara (no es broma) no es trabajar con ellos, es dejarlos solos y que tengan que resumir, contrastar, seleccionar, priorizar informaciones, conseguir opiniones divergentes, desechar lo sesgado, etc. sin que antes les hayamos enseñado a hacerlo.

Tenemos que trabajar muchos procesos intelectuales con nuestros alumnos, y para ello debemos usar los trabajos que marcamos y que tienen que hacer usando como fuente casi única la red, y para eso, creo, y soy el primero que debe cambiar, antes de poner la tarea, tengo que decidir si los voy a orientar mediante una WebQuest, si lo que les voy a facilitar es una lista concreta de direcciones de Webs con las que debe trabajar y no en otras, una carpeta en Google docs con los documentos necesarios, o la opción de un espacio en…gobiernodecanaris.org donde estará lo que quiero que encuentren, o que no los voy a orientar de antemano, sino que buscaremos la información todos juntos el Aula de Informática… Hay miles de recursos, unos más simples y otros que requieren más tiempo y trabajo por parte del profesor, incluso tener que volver a estudiar, pero es básico, que NO mandemos a los alumnos a la red, sino que los mandemos a lugares concretos, creados o no por nosotros, pero que conozcamos antes de ser usada por el alumno, para poder planificar su trabajo y ayudarles a aprender.

De lo contrario, ¡De verdad! Démosle la dirección del Rincón del Vago (http://www.rincondelvago.com/) y para que no corten y peguen, que lo entreguen en folio, por una cara, con bolígrafo bic, negro, de punta fina, (con un poco de suerte aprenderán a copiar sin faltas de ortografía, que no es poco).

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